- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga.

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo.


martes, 4 de septiembre de 2012

Fotografías veladas de la lluvia



[...]

Bombillas
contra un cielo sin fondo, 
pintura de las mesas
más pobre y sin verano,
botellas olvidadas sin un solo mensaje
y la radio sonando con voz de plata
como álamos del río.
Antes que los humanos
los objetos aprenden a vivir en otoño.

Hasta un golpe de lluvia.

Entonces sí, 
hay mujeres y hombres que corren al invierno
con gritos sorprendidos todavía
en la palabra agosto.
La lluvia de repente 
que le devuelve a España su existencia
de periódico antiguo
y pone hacia el final de las películas
un beso triste, un dolor censurado. 

Del verano se sale igual que del recuerdo.

[...]

Pero del mismo modo
al recuerdo se vuelve igual que a los veranos,
con ganas de tocar el mar,
como un tiempo más nuestro,
la leyenda arruinada del nosotros más puro,
una memoria de la felicidad
que nos duele, nos desarma
y rueda en las colinas de la tarde
y nos busca después
cada septiembre. 

[...]


Luis García Montero

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