- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga.

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo.


sábado, 31 de octubre de 2015

Suite Francesa (I.Némirovski)





Esta magistral obra de Irène Némirovski, escrita durante la II Guerra Mundial, no fue publicada hasta 2004, cuando una de sus hijas se atrevió, al fin, a leer el manuscrito que su madre le había brindado antes de ser asesinada en Auschwitz.

Aquí, sólo algunos de los muchos fragmentos reseñables de este imprescindible libro, algunos de los cuales nos dan mucho que pensar, no ya sólo sobre el holocausto nazi, sino sobre lo que están viviendo hoy en día tantísimas personas inocentes a lo largo y ancho del mundo.


Los hombres... ¡Una manada de animales salvajes y cobardes! Ese René, que lo había incitado a huir y luego se había quedado durmiendo tan pancho en su cama, mientras Francia se desangraba... Aquella gente que negaba un vaso de agua o una cama a los refugiados, los que se hacían pagar los huevos a precio de oro, los que llenaban el coche de maletas, de paquetes, de comida, hasta de muebles, y respondían a una mujer muerta de cansancio: "No podemos llevarla. Ya ve que no hay sitio..." Aquellas maletas de cuero leonado y aquellas mujeres maquilladas en un camión lleno de oficiales... Tanto egoísmo, tanta cobardía, tanta crueldad feroz y vana le revolvían el estómago.


***


Sentirse tan diferente del resto de los hombres era reconfortante y amargo a la vez. Volvió hacia ellos sus claros ojos. La riada de coches seguía fluyendo y las caras, sombrías y angustiadas, se parecían como gotas de agua. ¡Pobre chusma! ¿Qué les preocupaba? ¿Lo que comerían? ¿Lo que beberían? Él pensaba en la catedral de Ruán, en los castillos del Loira, en el Louvre... Una sola de sus venerables piedras valía más que mil vidas humanas. 

***

- Pero, ¿por qué siempre nos toca sufrir a nosotros y a la gente como nosotros? - exclamó con rabia -. A la gente normal, a la clase media. Haya guerra, baje el franco, haya paro o crisis, o una revolución, los demás salen adelante. ¡A nosotros siempre nos aplastan! ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho? Pagamos por todo el mundo. ¡Claro, a nosotros nadie nos teme! Los obreros se defienden y los ricos son fuertes. Pero nosotros, nosotros somos los que pagamos los platos rotos. ¡Que alguien me diga por qué! ¿Qué ocurre? No lo entiendo. 

- Pero ¿qué quieres comprender? No hay nada que comprender - dijo Maurice tratando de calmarla -. El mundo esta regido por leyes que no se han hecho ni para nosotros ni contra nosotros. 

***

- Qué extraño eres, Maurice... Te han pasado cosas como para estar amargado y desencantado, y sin embargo no eres infeliz, quiero decir, interiormente. ¿Me equivoco?

- No.

- Pero entonces, ¿qué te consuela?

- La certeza de mi libertad interior, que es un bien precioso e inalterable, y de que conservarlo o perderlo sólo depende de mí. De que las pasiones llevadas hasta el extremo, como ahora, acaban por apagarse. De que lo que ha tenido un comienzo tendrá un final. En una palabra, de que las catástrofes pasan y hay que procurar no pasar antes que ellas, eso es todo. Así que lo primero es vivir: Primum vivere. Día a día. Vivir, esperar, confiar. 


***

La guerra y el desastre de 1940 no serán más que un recuerdo, una página de la Historia, nombres de batallas y tratados que los estudiantes recitarán en los institutos. Pero yo recordaré este ruido sordo de botas golpeando el suelo mientras viva. 


***


- Como ve, mi apellido es francés. Mis antepasados debían de ser compatriotas suyos, expulsados de Francia en tiempos de Luis XIV. En Alemania hay sangre francesa, y palabras francesas en nuestro idioma. 

"En Francia también hay sangre alemana - le habría gustado responderle -, pero en la tierra, y desde 1914."