- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga.

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo.


miércoles, 10 de julio de 2013

Y uno aprende

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende
que el amor
no significa recostarse
y una compañía
no significa seguridad.

Y uno empieza a aprende.
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y que uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana
es demasiado inseguro para planes
y los futuros tienen una forma
de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende
que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar
que alguien le traiga flores.

Y uno aprende
que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
y que con cada adiós uno aprende.



Poema atribuido a J.L.Borges (aunque no constatado)

lunes, 8 de julio de 2013

El rey y la reina (Tagore)




Es el sino de esos pobres... Ya ves, por más que han hecho para acostumbrarse a vivir comiendo a medias, no han conseguido soportar el hambre perfecta.

[...]

Sí; aún podría alcanzarla y traérmela otra vez; ¿pero siempre vamos a estar así, ella evitándome y yo corriendo tras su corazón fugitivo? ¡Vuela, mujer, vuela, día y noche, sin hogar, sin amor, sin tregua, sin descanso!

[...]

MINISTRO: Ya van los caballos detrás de ella, Señor.

REY: Pues que se vuelvan... ¿Quién alcanzará a un sueño que ha abierto las alas?

[...]

El amor y la muerte son poco exigentes al elegir a sus víctimas...

[...]

¡Esta llama viva que tienes dentro, le está quemando el sueño a tus ojos! 

[...]

Los caminos son infinitos, sí, pero les falta luz.


Rabindranath Tagore

Amor a primera vista



Algún día contaré a mis hijos que leí a Wislawa Szymborska en su ciudad. Probablemente les dará igual, pero la magia no me la quita nadie.


Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,

que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.