- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga.

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo.


martes, 24 de agosto de 2010

Ser feliz perjudica seriamente la salud

Llegué a creer que la felicidad
no es un asunto de los seres humanos
(Félix Grande)



Hay algunos –por increíble que parezca a estas alturas-
que todavía se convierten en borrachos
por influencia de los poetas simbolistas.
Otros –de manera igualmente increíble-
acaban chutándose heroína
porque momias como William Burroughs
contaban con pelos y señales que lo hacían.
Por motivos parecidos
tú negaste siempre la felicidad,
que como ya se sabe
es un asunto muy mal visto
entre las mentes pensantes de todo este tinglado.
Hasta que la felicidad te cayó encima
como un plato de sopa
que alguien te hubiera volcado en el regazo.
¿Qué demonios era esto?
No estaba programado.
Era un contratiempo nuevo;
era de auténtica vergüenza.
Como, de niños, mojar la cama
o hacérselo en los calzoncillos.
Menudo bochorno.
¿Quién te iba a sacar de ésta?
Pero la felicidad insistió en agitarse dentro de ti;
te recorría de arriba abajo
como un flujo de savia electrizada.
Y se te ocurrieron ideas muy extrañas:
abandonarlo todo,
salir corriendo dando gritos de alegría,
tirar la casa por la ventana
y lanzarte en plancha a la vida.

La hostia fue de órdago.

Los hijoputas habían vaciado la piscina.


[Roger Wolfe]

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