Me prometo a diario descuidarte
pues me corre el pesar por cuenta ajena
tan extensa trinchera abrió esta pena
que muero porque vivo para amarte.
Tu piel es la membrana de una estrella
no te logro alcanzar por más que intento
se multiplica el ansia del momento
y malvendo mi ardor en la querella.
Tan caras tus caricias por goteo
agridulce suplicio de mi antojo
tan lejano tu puerto a mi deseo
tan vuelva usted mañana, trampantojo.
Alíviame esta cruz, mi cirineo
o firma del afán mi desalojo.
[Raquel Lanseros]
Hermoso y rítmico soneto. Felicidades a su autora.
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