Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos y las hijas del anhelo de la Vida, ansiosa por perpetuarse.
Por medio de vosotros se conciben, mas no de vosotros.
Podéis darles vuestro amor; no vuestros pensamientos: porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos; no sus almas: porque sus almas habitan en la casa del futuro, cerrada para vosotros, cerrada incluso para vuestros sueños.
[Jalil Gibrán]
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